Cuando parecía que el caso de la desaparición de Rocío B. en Concordia iba a terminar con un final de novela de la siesta, la Justicia puso freno a la dulzura. “Si se confirma que hubo relación sexual, se configura el delito de estupro”, sostuvo el representante del ministerio público que tomó el caso.
El joven de 22 años con quien Rocío B., de 13, permaneció en los días que estuvo desaparecida hasta la semana pasada, fue imputado bajo la figura de “estupro”. El caso de la extraña ausencia de la menor motivó un importante despliegue policial y mediático, que incluso sumó la realización de marchas pidiendo su aparición con vida,
“El consentimiento de la menor no exime de delito a quien estaba con ella”, explicó el fiscal que tomó intervención, Miguel Vila.
Como se recordará, tras casi dos semanas de estar desaparecida, en los primeros minutos de la madrugada del jueves pasado fue hallada Rocío B., la preadolescente de 13 años, quien se hallaba en compañía de un joven de 22 años, cuidador de una casa en construcción, al cual se identificó como Maximiliano Muñoz.
Insólitamente, después de que la chica fue encontrada, el muchacho se acercó a la familia de la adolescente y les confesó que pretendía formar una familia con la menor. Más inaudito resultó todavía que cuando trascendió que la abuela de la niña –con quien vive la gurisa– le habría dado su consentimiento, y se aguardaba en el seno familiar la respuesta de la madre.
Los mismos familiares, en diálogo con EL DIARIO reconocieron que “Rocío no conoció a su padre y tiene una mejor relación con su abuela, que es con quien convive”, contaron.
Pero resulta que en la faz legal de esta historia, más allá de la expresión de sentimientos y los ribetes de novela venezolana, el fiscal Miguel Vila fue el encargado de encuadrar la situación. Y en lo que hace a la letra de la norma, más allá de que no exista una denuncia penal contra el muchacho y que la jovencita se arrancara los pelos con berrinches para dejar en claro que quería vivir con Muñoz, lo sucedido se inscribe en un delito que no se puede desconocer.
Imputado. A través del programa Club de Amigos, de Oíd Mortales Radio de en Concordia, el fiscal Vila confirmó que el joven fue imputado por establecer una relación de tipo sexual con una menor de 16 años.
En este orden, el funcionario público indicó que “el estupro, a diferencia de la violación, se produce cuando se producen relaciones sexuales consensuadas con alguien que es menor de edad, que tiene entre 13 y 15 años”, explicó.
Cabe aclarar que de haber incurrido en una relación –así hubiere sido consensuada– un año antes, la pena podría haber alcanzado la calificación de “abuso sexual”, apuntó Vila.
El fiscal se preocupó por aclarar que aún no hay pruebas confirmadas de que la niña y el sereno hayan mantenido relaciones sexuales, sino que por el momento es una presunción.
La menor, durante el transcurso de esta semana, declararía en Cámara Gesell en los Tribunales de Concordia.
Vila contó que se llegó al lugar donde estaban escondidos porque “el muchacho que estaba con Rocío mandó un mensaje de texto a un tío de la niña, donde dice que estaba con Rocío, que ella no se quería ir y él no sabía qué hacer y no quería tener problemas”, reveló.
Estado de shock. Al llegar la policía al lugar, una casa de la cual el muchacho es cuidador, el ahora investigado “dijo que Rocío fue por sus propios medios, que ella tuvo algunas salidas y volvía, que en ningún momento estuvo raptada ni privada de su libertad, sino que voluntariamente quería quedarse”, relató el fiscal de la causa.
Respecto de si mantuvieron relaciones sexuales, precisó que “no hay nada de ello acreditado en el legajo, porque todavía no se le recibió testimonial a la menor en Cámara Gesell. Se lo hará esta semana, porque los profesionales del Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia (Copnaf) aconsejaron aguardar a que la chica saliera del estado de shock”. Y agregó que “recién después de que se le reciba testimonio veremos qué surge sobre el tipo de relaciones que mantenían. En el caso de que se acredite que hubo relaciones sexuales, el consentimiento de la menor no exime de delito a quien estaba con ella. El joven de 22 años todavía no ha prestado declaraciones indagatoria”, reiteró Vila. “Está imputado, que no quiere decir que es culpable”, se preocupó por aclarar.
Para destacar
Enigma. Un punto que aún quedó sin indagar es el que salió a flote mientras se intentaba dar con el paradero de la chica. Se trata de los números de teléfonos anotados en una carpeta de escuela de Rocío y que condujeron a dos personas, una de ellas con antecedentes penales, quienes habrían confirmado que solo tomaban contacto con la chica en ocasiones y que le pagaban para mantener relaciones.