Uno de cada diez casos de violencia de género en la ciudad de Buenos Aires se produce en el seno de noviazgos, según estadísticas difundidas por el Ministerio de Desarrollo Social porteño.
La cartera indicó que la línea de atención gratuita por causas de violencia de género recibió durante 2014 más de 10 mil llamados, de los cuales unos mil fueron realizados por mujeres jóvenes que habrían sufrido maltrato por parte de sus novios.
La línea telefónica gratuita de asistencia social 0800-6668537 funciona las 24 horas todos los días del año y brinda asistencia especializada, orientación y derivación tanto a las mujeres víctimas de violencia de género, como a los niños y niñas víctimas de maltrato y abuso infantil.
De acuerdo con el informe, las víctimas de los noviazgos violentos, una situación que atraviesa a todas las clases sociales, suelen ser mujeres de entre 14 y 21 años y los rasgos fundamentales de estas relaciones son la asimetría de poder y la dominación que ejerce uno sobre otro. En ese tipo de relación se da "el sometimiento y la posesividad, que conllevan a que la mujer llegue a un estado de indefensión, caracterizado por el aislamiento, la baja autoestima, la negación de la situación y la dependencia emocional", según la cartera porteña.
Los datos relevados por el programa "Noviazgo Violentos" concluyen que la mitad de las mujeres adultas que conviven con parejas violentas afirmaron que las situaciones de violencia tuvieron su origen en el período del noviazgo.
Por otro lado, se concluye que en relaciones violentas entre adolescentes se eleva la posibilidad de embarazos no deseados, consumo de estupefacientes, suicidios o desórdenes alimenticios.
Con esos datos, el Gobierno porteño, en el marco de la celebración del Día de los Enamorados, lanzará una campaña de concientización con el lema "Si hay amor, no hay violencia", la cual tendrá lugar en la vía pública y en medios digitales.
La ministra de Desarrollo Social porteña, Carolina Stanley resaltó que las señales de alerta para una relación son "los celos, la humillación, el sometimiento al silencio, el control del modo de vestir y de las salidas, la exigencia de que la novia tenga el celular siempre prendido y de que responda sin demora".
"La violencia emocional o psicológica aparece así disfrazada de amor y si no estamos alertas es poco visible y de manera lenta y progresiva va socavando las posibilidades de la joven de elegir libremente", sostuvo, mientras invitó a las jóvenes, padres y allegados a prestar atención a esas "señales", con el fin de buscar ayuda especializada.