miércoles, 12 de febrero de 2014

Violencia , medios de comunicación y sociedad




El tema de la relación entre los medios de comunicación y la violencia (objetiva y subjetiva) tiene fundamental importancia, ya sea porque el sentido común le asigna un peso mayor al que en realidad posee o porque es una relación todavía porosa en que las mutuas interacciones todavía no han sido suficientemente aclaradas. En general, se cree que el aumento de la percepción de inseguridad e incluso de la violencia tiene relación directa con la función que cumplen los medios de comunicación cuando informan o forman opinión pública. También existe una importante demanda de la audiencia para informarse respecto al tema, tan es así que se observa –como contrapartida– el crecimiento de la cobertura noticiosa dedicada a estos temas y de los hechos cada vez más violentos, así como el mayor peso que se pone en un modelo penal sustentado en la potenciación del derecho de la víctima (mano dura). Pero justo es decir que, adicionalmente, se han incrementado notablemente los hechos de violencia y, por lo tanto, el nivel de victimización; lo cual ha producido una demanda creciente para conocer, informarse e incluso sufrir con el mensaje que transmiten los mass media. Es decir, una información que la audiencia recibe y, concomitantemente, demanda. La violencia cobra cada vez más peso en la programación de radio, televisión, prensa e Internet, lo cual, a su vez, tiene más influencia en la existencia y percepción de la misma. No se puede negar que los medios de comunicación tienen una relación apreciable con la violencia objetiva y subjetiva debido a su conversión en un actor relevante de la vida política y pública de la sociedad, sin que su existencia sea claramente visibilizada o, al menos, puesta en cuestión. Por ello, rara vez los medios de comunicación y sus políticas son estudiadas y mucho menos cuestionadas respecto a la función que cumplen; más aún, cuando el concepto de libertad de prensa se ha posicionado como el pilar central de toda sociedad y por encima de otros principios esenciales. Por eso, es importante indagar esta problemática desde varias aristas y ámbitos, con la finalidad de aportar al debate actual de la seguridad ciudadana.
Hoy día, por intermedio de los medios de comunicación, se ven cotidianamente noticias que dan cuenta de tragedias que echan abajo los estereotipos que retratan a la familia como un ámbito en el que las personas buscan seguridad, amor y comprensión. Las portadas con titulares que aluden a la violencia familiar son constantes en los periódicos: hijos que asesinan a sus padres por el dinero de que les proveerá el seguro de vida, madres y padres que golpean a sus hijos a veces hasta la muerte, mujeres que son maltratadas y muertas por sus parejas, hijas que participan en el homicidio de sus padres cometido por sus parejas sentimentales y un largo etcétera. Podrían llenarse páginas enteras con ejemplos en los que el hogar, la casa y la familia son el escenario de múltiples tragedias en que los protagonistas no son los extraños sino los miembros de la propia familia.
Las comisarías para la mujer, que reciben quejas de violencia cometida contra las propias mujeres, están sobrecargadas de trabajo; las calles son lugares que causan miedo (aunque en el hogar tampoco se está a salvo, como se ha visto arriba); las escuelas buscan la protección de la policía no sólo contra los traficantes de drogas o los ladrones comunes, sino contra sus propios alumnos; las empresas mantienen verdaderos ejércitos de guardias para la protección de sus ejecutivos y empleados. En fin, se vive en un mundo violento.
Sin embargo, no puede afirmarse que la violencia sea un fruto actual de la sociedad individualista y consumista puesto que basta un vistazo retrospectivo para confirmar que los seres humanos siempre han sido violentos. Entonces, la violencia no es verdaderamente una novedad, aunque parezca creciente debido al énfasis que han puesto en ella los medios de comunicación.
Concepto de violencia
La violencia es fruto de una sociedad corrompida. Es el resultado de una vida difícil, de la marginación de gran parte de la población y del modo como los gobiernos administran el país. Es una consecuencia de la desigualdad y de los conflictos sociales. La violencia, entonces, es comprendida como una cosa mala, que cada vez más afecta personas inocentes y que crece en nuestro país. Eso quiere decir que la violencia puede tener un carácter ideológico. 
Por otro lado, la violencia es considerada como inherente a la naturaleza instintiva humana. Es la manera como las personas manifiestan su disconformidad con ellas mismas y con la sociedad. 
Son acciones consecuentes con el modo de pensar que pueden ser causadas por las presiones de la sociedad. Puede ser la manifestación de ira, la expresión de furia y emoción cuando el individuo siente miedo. Es una acción impulsiva, sin pensar, sin control, de la gente que se halla bajo estrés o que sufre de algún disturbio mental. A veces puede ser una falla moral o un comportamiento poco racional. 
Violencia es agresividad expuesta. Es toda la agresión física (uso de la fuerza) y/o psíquica, incluyendo el hambre, la miseria y la pobreza. Puede ser una acción que amenaza la integridad física, económica o social. Por otro lado, la violencia es considerada como inherente a la naturaleza instintiva humana. Es la manera como las personas manifiestan su disconformidad con ellas mismas y con la sociedad. 
Esas acciones pueden originarse en un desequilibrio emocional o, entonces, ser resultante de la intolerancia, la falta de éxito en la solución de problemas; puede acontecer por influencia de drogas o alcohol e, incluso, por falta de cultura. 
Violencia es toda acción contra el derecho, la libertad, la integridad, la voluntad o la seguridad. Es una manera de interferir negativamente en la vida del otro; es obligarlo a hacer cosas que no debe. Es un acto, gesto o palabra que ocasiona incomodidad; es el uso excesivo del poder; es falta de respeto, una violación de la dignidad y una forma de humillación. 
Violencia son las acciones que destruyen el buen vivir social, las cosas que son buenas; son crímenes, robos, asaltos... En fin, cualquier acto que sea para el mal.