Se calcula que el tabaquismo ocasiona la muerte de aproximadamente 6
millones de personas al año, de las cuales 5 millones son personas que
consumieron o siguen teniendo el habito de fumar, y cerca de 600 mil
personas son no fumadoras, es decir que son gente que está expuesta al
humo de quienes si fuman, conocidos como fumadores pasivos.
Por lo tanto, los fumadores además de tomar en cuenta el riesgo en el
que se encuentra su propia salud y por deben ser conscientes de que
también pueden dañar la salud de los demás.
En realidad, muchos de los fumadores (y en ocasiones los no fumadores
también) desconocen los riesgos reales y específicos que este hábito
tiene sobre la salud. Los fumadores que son consientes de los riesgos
que el tabaquismo ocasiona, en su mayoría, tienen el deseo de dejar de
fumar, para alcanzar ese objetivo puede ser de gran utilidad pedir la asesoría de un médico.
Sin embargo, además de poder ser auxiliados por médicos las personas
pueden utilizar otras herramientas para tener más posibilidades de éxito
en hacer a un lado este terrible vicio.
Debemos en un principio olvidar, en caso de haberlo hecho, los
intentos pasados e infructuosos que hayamos tenido, muchísima gente que
ha conseguido dejar atrás el tabaquismo tuvo por lo menos una
experiencia no satisfactoria para lograrlo en su pasado, lo importante
es no desistir nunca y no ver esos intentos pasados como fracasos.
Puede servir mucho tener el apoyo de nuestras personas más cercanas,
como nuestra familia y amistades, y sobre todo tener el fuerte deseo de
ya no consumir cigarrillos.
En el intento para dejar este mal hábito debemos primero saber a que
nos podemos enfrentar, es decir los molestos síntomas que el dejar de
consumir cigarrillos nos hará sentir y a los cuales debemos hacer
frente, y que pueden ser más intensos si es que fumamos por mucho tiempo
a lo largo de la vida, dependiendo también de la cantidad de
cigarrillos que solíamos consumir. Dichos síntomas pueden ser:
El cigarro tiene un factor adictivo similar a drogas como la heroína / Foto: iStockphoto
- La nicotina es la principal sustancia adictiva de los
cigarrillos, es decir que el cerebro y el cuerpo con el paso del tiempo
se acostumbran a esta sustancia. Esto provoca que al empezar a dejar de
fumar se presente un intenso deseo de consumir nicotina.
- Irritabilidad, frustración, ansiedad, impaciencia, mal humor y ánimo irascible.
- Dificultad para pensar con claridad y concentrarse.
- Somnolencia e insomnio.
- Dolores de cabeza.
- Aumento del apetito y del peso corporal.
Una vez conociendo todo lo anterior, lo que debemos hacer es:
- Fijar una fecha de comienzo para dejar de fumar, previo a esta
fecha podemos reducir tanto cantidades de cigarrillos como inhalaciones
de cada uno de éstos.
- Realizar una lista que incluya los motivos por los que deseamos
dejar de fumar, poniendo los beneficios a corto y largo plazo que esto
traerá a nuestra vida.
- Identificar en qué situaciones y momentos de nuestro día en que
solemos fumar más, ya sea cuando estamos en una reunión, cuando vamos
conduciendo o cuando estamos en descansos del trabajo, por citar unos
ejemplos.
- Deshacernos de todos y cada uno de los cigarrillos antes de la fecha
en la que programemos dejar de fumar y a su vez debemos dejar limpio y
sin rastros de olor a humo de cigarro tanto nuestra ropa como el
interior de nuestra casa y automóvil, así como deshacernos de todos los
ceniceros.
- Es necesario que a nuestro círculo social le avisemos nuestro plan
con todo y la fecha de inicio para que ellos nos puedan apoyar a
llevarlo a cabo, así como para que en caso de que nos encontremos de mal
humor no les sorprenda tanto nuestra actitud.
- Debemos tener pensado qué es lo que vamos a hacer en vez de fumar,
como por ejemplo salir a caminar o realizar alguna otra actividad que
nos distraiga y no nos haga sentir ansiosos, por ejemplo actividades
manuales, tejer o los video juegos.
- Utilizar algo en la boca para sustituir el contacto del cigarrillo puede ser de utilidad, por ejemplo chicles libres de azúcar.
- En caso de que tengamos la costumbre de fumar después de la comida,
podemos sustituir el fumar comiendo un plato de fruta, haciendo una
llamada telefónica o mejor aun saliendo a caminar, de hecho esto último
debemos tenerlo como una rutina diaria a realizar.
- Hacer nuestras tres comidas principales del día (desayuno, comida y
cena) y entre ellas dos colaciones, no dejando pasar más de tres o
cuatro horas de ayuno entre cada comida. Las colaciones las debemos
hacer con alguna fruta o verdura que no nos lleve a consumir cantidades
grandes de calorías.
- Asistir a sitios en los que esté prohibido fumar nos puede ayudar a conseguir más fácilmente nuestro objetivo.
- Recompensarnos por dejar de fumar puede ser muy estimulante, y una
buena manera de hacerlo es juntando el dinero que normalmente
gastaríamos en comprar cigarrillos; al cabo de un par de semana o un mes
comprarnos algo que nos guste mucho con ese dinero.
- Evitemos pensar en los días que faltan para lograr nuestro objetivo a
corto plazo, este pensamiento constante hará que nos sea muy pesado
lograr nuestro objetivo.
- No debemos ceder a la tentación de fumar, ni siquiera una fumada, si
cedemos a ello debemos pensar que no necesitamos ninguna próxima
bocanada.